Introducción
Desde un punto de vista puramente subjetivo, entiendo que saber en el modo de representación que estamos a la hora de construir una imagen es fundamental, así como poder saltar de un nivel a otro en función de lo que queremos transmitir. Desde luego la construcción de una imagen y su posterior lectura es un fenómeno cultural, cambiando la percepción de la realidad y de lo natural en función de la ilusión hacia lo real que pretendemos. Según la manera de percibir nuestro entorno se establecen tres niveles de representacioón fotográfica fundamentales: realista, abstracto y simbólico.
Nivel realista: Desconocido // Nivel abstracto: Ford Fernanda // Nivel simbólico: Tomas Rucker
Nivel realista
Sería el que usamos en primera instancia desde que tenemos una cámara (o cualquier otro dispositivo de captura) en la mano. El nivel fotográfico realista es aquel nivel que nos crea la ilusión de lo real, por ejemplo: veo un paisaje, lo encuadro, lo fotografío y lo expongo, como muestra de que he estado allí.
Es el que se aproxima a nuestra visión de lo cotidiano, y por tanto, el que menos nos sorprende. La información visual que se muestra es meramente informativa: personas, colores, formas, objetos, etc… consideraremos que es el más eficaz cuando quiero describir una situación. Algo que con el dibujo y la pintura se le atribuía a la maestría (“me parezco, soy igual”), a día de hoy, es algo que se da por hecho con una cámara de fotos.
Aparte de lo comentado, la impronta del fotógrafo aquí es poca, quizás podemos jugar con filtros para conseguir efectos visuales que se alejan de la realidad, o de lo que el ojo humano puede ver, pero no mucho más.
Foto Sarawut Intarob
Foto Jimmy McIntyre
Foto Gonzalo Navarro Bendito
Nivel abstracto
En este caso, la imagen que resulta del cambio de nivel es la síntesis de los diferentes elementos visuales que se muestran ante nosotros en cualquier situación. Ya no prima tanto la idea de lo real, de que lo que tenemos delante sea reconocible, sino más bien concentrarnos sólo en el desarrollo de una imagen donde prime la composición, el color, y la narración de lo evidente. Por tanto es un proceso dinámico, con muchos fracasos y experimentación, pero lleno de libertad, y expresión visual entre los diferentes elementos de la imagen. Así, al construir una imagen que no guarda ninguna relación con lo real, se convierte en un instrumento importantísimo para el desarrollo de la creatividad. Nos liberamos nosotros y también el que lo mira, nos evitamos frustraciones y problemas, abordando la imagen con pureza y honestidad, dando rienda suelta a nuestra expresión visual.
Foto Peter Crock
Foto Ombretta Lanari
Foto Joseph F. Stuefer
Nivel simbólico
Para acabar, encontramos un nivel más de síntesis, y el nivel fotográfico simbólico es cuando reducimos lo real a su mínima expresión, usando cualquier herramienta que, para ser 100% efectivos, nos permita ver y reconocer lo que se nos presenta, a través de la simplicidad de las formas y la luz. Un claro ejemplo contemporáneo es el uso de emoticonos al usar whatsapp, que consiguen con un solo vistazo los sentimientos de nuestro interlocutor.
Foto Gibert Garcín
Conclusión
La clave para que nuestro porfolio de fotografías y nuestra obra digital sea completa, y más importante aún, gratificante para uno mismo, es la capacidad de saltar de un nivel a otro de realidad cuando nos sintamos arrinconados ante una situación y la cámara. Liberarse de la representación de lo real es lo más productivo que podemos hacer para salir de un bloqueo fotográfico-creativo. Desde luego, es lo que nos ayudará a no repetir las fotografías que vemos y que siguen el mismo patrón, a coleccionar “postales” que ya han hecho otros, y a reinventarnos y conocernos mejor a nosotros mismos.