Qué hacer para imprimir correctamente tus fotos

Qué hacer para imprimir correctamente tus fotos

Tomar las fotos y editarlas es sin duda un trabajo muy reconfortante. Desde que se tiene la idea en la cabeza, se dispara, se pasa al ordenador y posteriormente se edita hay un largo proceso creativo que nos puede llevar incluso meses. Durante este periodo de tiempo vamos dándole forma a la imagen que queremos. Sin embargo, en muchas ocasione el proceso no termina con la edición. La guinda del pastel de todo este trabajo es la impresión de la foto. Pero debemos tener cuidado si queremos que los resultados sean lo o´óptimos. Por eso en este artículo te vamos a dar unos cuantos consejos para que sepas qué hacer para imprimir correctamente tus fotos. 

Si tienes suerte (y dinero) quizá puedas poseer tu propio plotter para imprimir tus fotografías. Pero por lo general, la mayoría de aficionados e incluso fotógrafos profesionales no disponen de su propia impresora. Esto puede conllevar disgustos de lo más grandes cuando se manda un trabajo a imprimir, pues en muchas ocasiones la imagen que vemos en el monitor es muy diferente tanto en valores de exposición como en sus colores que lo que finalmente se imprimirá. 

Por ello es uy importante que antes de mandar trabajos a imprimir tengamos en cuenta varios aspectos que podemos llevar a cabo en nuestro ordenador para tratar que la imagen que nosotros vemos sea lo más fiel a lo que finalmente se imprimirá. Y con más razón aún cuando vamos a imprimir grandes formatos, en los que las fotografías necesitan ser perfectas.

Al imprimir tus fotos termina verdaderamente el proceso desde que la tomaste.

Calibra el monitor

Si te dedicas profesionalmente a la fotografía y vendes tus servicios para sesiones particulares, empresas y otros trabajos esto es algo básico. No te puedes permitir trabajar sin haber llevado a cabo este paso. Es obligatorio por así decirlo. Hoy en día, muchos monitores específicos para el retoque fotográfico vienen calibrados ya de fábrica y avalados por Pantone, pero no estaría de más que vayas a la imprenta con la que habitualmente trabajes para calibrar tu monitor en función de la impresora que utilicen. 

Esto te ahorrará muchos disgustos cuando vayas a recoger tus trabajos, pues puede darse el caso de que todas tus fotos salgan quemadas o demasiado oscuras. O que lo que tu veías como rojo en tu monitor aparezca naranja. Estas situaciones son totalmente inadmisibles si te dedicas a esto profesionalmente. 

En el mercado existen múltiples opciones mas caras y más baratas. Tienes la opción de calibrar solo el monitor con un accesorio como el de Datacolor Spyder 5 PRO o calibrar monitor e impresora si vas a realizar tú mismo las impresiones. Para eso tenemos varias opciones pero una de las más recomendables es el Pantone Color Munki Photo. 

Baja el brillo de la pantalla

Cada vez los monitores y los ordenadores portátiles incorporan mejores tecnologías y pantallas con más brillo. A priori parecen muy cómodas para editar fotografías, pero que no te engañen, no lo son. Editar tus fotos con un brillo muy potente suele ser el principal motivo de que tus fotos en impresión aparezcan oscuras. La recomendación es que bajes el brillo del monitor más o menos en una cuarta parte. 

Acostumbrate a editar de esta manera (aunque al principio te cueste) y comprobarás que tus copias en papel son más fidedignas a los que ves en la pantalla de tu ordenador. 

Edita la exposición basándote en el histograma. 

Las pantallas son muy mentirosas, por eso mismo en fotografía existe el histogram y es de quien te debes fiar al cien por cien. Podrías ajustar una fotografía perfectamente o dispararla sin verla y fijándote tan sólo en su histograma. Prueba a hacer el ejercicio en tu cámara. 

En este pequeño diagrama aparecerá toda la información de la foto, desde el valor 0 de la izquierda que es el negro hasta el 255 de la derecha que es el blanco. Ya sabes que si toca alguno de los dos extremos estarás ocasionando que tu fotografía tenga zonas negras puras o blancas puras. Quizá eso sea lo que busques al editar determinada fotografía, pero por lo general deberías evitar hacerlo. 

Si aprendes a interpretar el histograma de la forma correcta te ayudará un montón a la hora de editar tus fotos (y de dispararlas).

No es lo mismo imprimir para una publicación que para un álbum de fotos que para una impresión en gran formato.

Apuesta por un buen papel

Has planificado una foto durante días para que todo se ajuste a lo que buscabas. Después la has editado durante horas frente a tu monitor para buscar transmitir justo lo que tenías en mente. Y por ahorrarte unos euros y elegir un papel barato arruinas todo el proceso anterior. ¿Una locura verdad? Pues ya sabes, no escatimes en el papel porque es algo que se nota una barbaridad. 

La sensación que transmite un papel grueso, con cuerpo, que tiene un peso adecuado no tiene nada que ver con los papeles baratos y de mala calidad que parece que se van a romper con sólo mirarlos.

Configura los valores de salida

Cuando exportamos una fotografía no es lo mismo hacerlo para Instagram, para una página web o para impresión. Así mismo, no es lo mismo imprimir una copia en 10×15 (de las fotos de toda la vida) a querer hacer una impresión en gran formato. Por eso tienes que estar muy atento a la hora de exportar tus fotos, para que no se produzcan errores técnicos en este crucial paso. 

Te explicamos a continuación los parámetros que deberías configurar. 

  • Tamaño de la imagen: aquí tendrás que poner el número de píxeles del ancho y del alto en función del tamaño que quiera imprimir. Lo mejor es que en función del formato que quieras lo busques directamente en google. 
  • Tamaño de impresión: Este en cambio es el tamaño expresado en centímetros y vendrá siempre dado por los fabricantes de marcos. Es súper importante que antes de imprimir en un determinado tamaño tengas previamente el marco, pues podrías imprimir en un tamaño que no sea el estándar y tendrías que hacer un marco a medida, algo mucho más costoso. 
  • Resolución: La resolución viene expresada en píxeles por pulgada o ppp. Determina la cantidad de píxeles que habrá en una pulgada. A más cantidad de píxeles mayor calidad de imagen. Pero ojo, este parámetro es algo confuso, porque quizá tu cámara este disparando a un ppp más bajo y al aumentarlo tú de forma manual conseguirás que la calidad baje. Así que observa las especificaciones de las fotos que dispara tu cámara antes de subirlo deliberadamente. Pues bien, una vez dejado claro esto hay que decir que lo óptimo para impresiones de calidad serían 300ppp. Sin embargo, muchas impresiones no dan esa calidad, por lo que deberás hablar con la imprenta con la que trabajes para ver cuál es el parámetro idóneo para no perder calidad. 
  • Tipo de archivo: Pese a que trabajamos (o deberíamos trabajar) con formato RAW, las impresoras no reconocen este tipo de archivos. Así que lo mejor es que exportes los archivos en JPG. Si quieres hacer una impresión muy muy grande lo mejor será que lo exportes en TIFF para no perder nada de información, aunque estos archivos suelen ser bastante pesados. 
  • Espacio de color: Este aspecto es uno de los más importantes para que el color sea lo más parecido (si no igual si calibraste la pantalla) a lo que ves en tu monitor. Debes dejar el espacio de color sRGB. 
Debes conocer los tipos de papel existentes así como los diferentes soportes y formatos.

Conoce las características del papel

El papel fotográfico es todo un mundo. Si te pones a explorar e investigar seguramente te pierdas en todas las opciones existentes en el mercado. Cada uno tiene sus características. Y no me refiero a si el papel es rugoso o liso o si es mate o con brillo, sino que hay papeles que absorben mas tinta que otros, otros que tienen menos contraste, etc… 

Lo ideal es que trabajes con una misma imprenta. ¿Por qué? Pues bien porque el impresor podrá pasarte los perfiles de color para hilar más fino. Pero recuerda que para esto debes tener la pantalla calibrada, si no esto no te servirá de nada. 

No te desesperes si ves pequeñas diferencias entre el papel y la pantalla, pues pese a que esté calibrada esto puede suceder. Sucede porque la fotografía en pantalla la vemos con la luz que emite el monitor y en cambio en el papel la veremos con la luz que emita éste. 

Añade nitidez

Cuando imprimes una foto es normal que éstas pierdan algo de nitidez cuando son impresas. Si te gusta que la foto tenga ese punto extra de nitidez tendrás que añadirselo en el programa de edición. Si por ejemplo lo haces con Photoshop es tan sencillo como aplicar una máscara de enfoque y si lo haces desde Lightroom podrás aumentarlo en la barra de enfoque y ajustarlo con la barra de máscara. Sea como sea, recuerda que cuando tus fotos pasen a papel siempre perderán ese puntito de enfoque. 

Conclusiones

Con estos ajustes conseguiremos una impresión lo más fidedigna tanto si es para poner una foto nuestra en la pared de casa como si es para entregar un trabajo a un cliente. No obstante, lo mejor siempre será que hables con la persona que trabaja en la imprenta con la que quieras trabajar para conocer mejor sus requerimientos, pues te podrá asesorar en función de las máquinas que tenga. 

Decorar la pared con fotos que nosotros mismos hemos tomado es realmente reconfortante.

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